martes, 2 de febrero de 2010

Oscar, el gato que huele la muerte.


Tiene cinco años y sobrepeso, su pelaje combina los colores blanco y pardo, le llaman Óscar y al poco de nacer fue adoptado por un centro geriátrico en el Estado americano de Rhode Island. Los que le tratan a diario, coinciden en que es un gato nada sociable pero se ha hecho famoso al demostrar una inquietante habilidad para predecir la muerte. Cuando pasa junto a un paciente que el animal considera en la recta final de la vida, entra y se acurruca en la cama.
Si no le dejan entrar en la habitación, el gato araña la puerta con insistencia. Aunque su presencia lo dice todo. Su historial -bastante infalible en cuanto a olfato luctuoso- abarca el haber acompañado a medio centenar de pacientes durante las últimas horas de sus vidas. Incluso en más de una ocasión ha dejado en evidencia las previsiones del personal médico de "Steere House", residencia especializada en enfermos que sufren demencia grave.
Aunque ese centro médico situado en la ciudad de Providence alberga otros cinco gatos como mascotas para dar consuelo a sus residentes, ninguno ha demostrado una habilidad similar. Cuando las enfermeras colocaron en una ocasión a Óscar sobre la cama de un paciente que pensaban próximo a la muerte, el gato se escapó hacia la habitación de otro enfermo que murió aquella misma tarde. Mientras que el primero vivió otros dos días más.
Este peculiar ángel de la muerte viene siendo estudiado con atención por el doctor David Dosa, especialista en geriatría y profesor asistente de Brown University. Hace dos años, el médico ya escribió una historia en el "New England Journal of Medicine". Y ahora sus observaciones han sido plasmadas en un libro recién publicado, cuyo título puede traducirse como "Pasar visita con Óscar: el extraordinario don de un gato ordinario".

«Modus operandi»

El médico reconoce que cuando el gato entra en acción, es hora de alertar a la familia del paciente en cuestión sobre un cercano desenlace fatal. El "modus operandi" de Óscar, de acuerdo a las observaciones del doctor Dosa, empezó a partir de los meses de edad y "no es que pase un rato entretenido junto al paciente, es como si literalmente se encontrase celebrando en una vigilia".

El doctor Dosa no tiene una explicación científica pero su hipótesis es que Óscar tiene una capacidad similar a la de los perros que supuestamente son capaces de olfatear rastros de cáncer en personas. Es decir que el gato es capaz de detectar algún tipo de compuesto orgánico producido cuando las células del cuerpo humano empiezan a morir.

El médico también ha explicado que se quedó con mala conciencia cuando divulgó la habilidad de Óscar en el 2007. Porque el animal se hizo acreedor de una escalofriante fama de "mal fario" que no se merecía. Según el doctor Dosa, el gato con su presencia ofrece cierta medida de confort y sosiego tanto a los pacientes en agonía como a sus seres queridos. En su opinión, "no creo que Óscar sea único pero creo que se encuentra en un ambiente único y está claro que los animales son capaces de sentir cosas que nosotros no podemos percibir".

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